domingo, mayo 21, 2006

Canasta Húngara.

Cada cual con su droga. Ácido, polvos, jamones o páginas en blanco, lo mismo da, siempre y cuando empieces a succionar caños de escape a los cuatro segundos y medio de haberla aspirado.
Igual me sigue picando la barba. Igual mis manos están heladas. Escribir con guantes es un tanto insensato.
Me limito y así escribo, por escribir, lo primero que caduca en mi mente. Mi mente es ese algo repleto de bellos pubicos y no precisamente mi ingle. Mi duodeno, obvio.
Sigo esperando alguna idea y no arriva y verdaderamente me altera, pero no hay nada alterador.
No tolero mi barba mal-barbida. Pica y pica y pica.
No quiero afeitarme. No sé porque. Pero el picor me piquea picosamente cada vez con mayor vigor o esperma.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

I love your website. It has a lot of great pictures and is very informative.
»

8:46 a. m., julio 20, 2006  

Publicar un comentario

<< Home