Facultad de Médicina.
El Negro Ponce siempre fue así.
-Ché Negro, por qué no cambias algún día? le preguntaba los domingos cuando la yerba se enfriaba. El negro, calmo como siempre, me miraba a los ojos. Me analizaba. Yo me sentía incomodo ante su mirada. No porque sea él. Siempre me sentí incomodo ante las miradas ajenas, mas cuando eran tan dirigidas a mi. Sin embargo había algo que me llenaba de misterio en cuanto a los análisis visuales que el Negro parecía otorgarle a cada persona en particular. Mas aun cuando se detenía en mis pupilas o corneas en momentos que parecían durar eternidades.
Muy pasivo, el Negrito me decía "Las cosas no cambian. Nosotros cambiamos" tomaba otro sorbo de maté frió y se perdía de nuevo en sus pensamientos, olvidándose de mi presencia- y por qué no -de la suya también.
El negro es una de esas personas que tienen la capacidad de permanecer callados por horas. Tan calmos, tan discretos, tan oyentes. A veces creo que es por mera soberbia o por puro afán de generar un misterio. Pero sus miradas cómplices lo develaban, si es que intentaba ser recóndito, claro.
Siempre se producían una serie de pensamientos carentes de forma o sentido en el aire. Los podía palpar. Llego a pensar que el Negrito era el encargado de emitirlas y te las dejaba ahí para que vos las agarrases o no. Pero siempre permanecían flotando por alguna razón descabellada. En fin..cosas del negro Ponce. Con tal de alarmarte hacia cualquier cosa el muy hijo de puta.
-Ché Negro, por qué no cambias algún día? le preguntaba los domingos cuando la yerba se enfriaba. El negro, calmo como siempre, me miraba a los ojos. Me analizaba. Yo me sentía incomodo ante su mirada. No porque sea él. Siempre me sentí incomodo ante las miradas ajenas, mas cuando eran tan dirigidas a mi. Sin embargo había algo que me llenaba de misterio en cuanto a los análisis visuales que el Negro parecía otorgarle a cada persona en particular. Mas aun cuando se detenía en mis pupilas o corneas en momentos que parecían durar eternidades.
Muy pasivo, el Negrito me decía "Las cosas no cambian. Nosotros cambiamos" tomaba otro sorbo de maté frió y se perdía de nuevo en sus pensamientos, olvidándose de mi presencia- y por qué no -de la suya también.
El negro es una de esas personas que tienen la capacidad de permanecer callados por horas. Tan calmos, tan discretos, tan oyentes. A veces creo que es por mera soberbia o por puro afán de generar un misterio. Pero sus miradas cómplices lo develaban, si es que intentaba ser recóndito, claro.
Siempre se producían una serie de pensamientos carentes de forma o sentido en el aire. Los podía palpar. Llego a pensar que el Negrito era el encargado de emitirlas y te las dejaba ahí para que vos las agarrases o no. Pero siempre permanecían flotando por alguna razón descabellada. En fin..cosas del negro Ponce. Con tal de alarmarte hacia cualquier cosa el muy hijo de puta.
2 Comments:
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