domingo, junio 18, 2006

Diario- Página 1/2.

Trataba de recordar con precisión que NO sé fumar. No sé fumar en la calle. Tampoco en el baño ni en el jardín.
Me tiro a mirar esa forrada celestial decorada con pequeñas lucecitas lucernágicas que no son nada mas que simples pedos a la distancia, encima del jardín. Sobre esa especie de colinita que esta mojada yace mi culo. Hace frío y hay un sapo quieto al cual ni le intereso.
Saco el reproductor de mp3 de mi bolsillo y taladro mi cabeza con el Where-is-my- mind-Placebico. Tiro el cigarrillo entero y sigo mirando las nubes, que por cierto son irritantes y sin sensualismo aparente.
Até al perro para que no me venga a hinchar las bolas y el pelotudo se pone a ladrar. ¿No se da cuenta que son las tres de la mañana y que si alguien se levanta y me ve tirado en el parque fumando va a ser para problemas?
Es que... no sé fumar. Me aburre. Debería practicar para que me excite o algo, pero es tremendamente aburrido y no me da ni un poco de placer carnal o verbal.
Así que no volveré a fumar. Solo necesitaba chequear lo fastidioso que es.Debería ir a charlarle a un analista sobre mis uñas y las comisuras de mi boca. No puede ser que me deprima cada ves que termino un libro. Ni que tome café cuando tengo ganas de dormir ni que muera de sueño y me quede escribiendo algo tan poco interesante que necesite subirlo al blog para que nadie lo lea o simplemente guardarlo en mis documentos para que se pierda con los demás archivos que poseen la misma historia hemorrágica. No puede ser que escriba oraciones tremendamente largas y sin sentido aparente y que encima le ponga una hache a una palabra que no lleva hache y repita tantas veces la “y” que resulta insoportable no solo de leerlo sino de escribirlo.
"Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metarfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa."